20100712 – ¿Cuánto mejoramos?


Según el Gobierno, la pobreza se ha reducido dramáticamente y cada vez más peruanos alcanzan los beneficios de la economía social de mercado. Sin embargo, el descontento cuenta otra historia

Por: Luis Davelouis Lengua

El Comercio (12-VII-10)

“Las cosas no son como las pintan, porque hay montones de tipos de pobreza que no se miden y sí, mientras muchas tienen que ver con el acceso que la población tiene al mercado, otras dependen de variables diferentes que no se toman en cuenta”, me contaba el notable economista Óscar Ugarteche.

Decía esto, a propósito de los anuncios espectaculares que solía hacer el presidente Alejandro Toledo y que hoy hace el actual presidente Alan García, respecto a la disminución de la pobreza.

“Las cifras de los organismos multilaterales se construyen con los datos que les alcanza el Gobierno o nosotros”, me contaba una fuente fidedigna del Banco Central de Reserva (BCR). ¿Y eso?

“Los únicos que pueden reconstruir la realidad en datos de manera fidedigna son las encuestadoras y de manera más cercana a la realidad, el INEI […] todos los estudios que realizan desde ONG hasta el Banco Mundial se basan en esos datos”, me explicaba un día el ex viceministro de Economía, Eduardo Morón.

Cuando a inicios del año pasado, el INEI lanzó su nueva metodología para medir el crecimiento económico, economistas de todas las tendencias manifestaron alguna desconfianza: desde Jürgen Schuldt hasta Pablo Secada del IPE, pasando por Juan José Marthans, Kurt Burneo y el propio Morón.

Pero tal vez haya una señal en otro lugar que refleje el real estado de las cosas: “el INEI cambió la metodología de medición del PBI en el 2006 y recién lo hizo público en el 2009, pero no se han publicado series paralelas con ambas metodologías para evaluar el impacto del cambio […] porque estos se han hecho para satisfacer la avidez presidencial de alto crecimiento económico sin que este fuese real”, explica el ex jefe del INEI, Farid Matuk.

Por ello, para él, la paradoja de un elevado crecimiento económico acompañado de baja aprobación presidencial no es tal, porque en realidad “no existe el llamado milagro peruano y el descontento es genuino, y no hay nada de paradójico”.

Población con déficit en la ingesta de calorías

El economista principal de Grade, Javier Escobal, piensa que las cifras del INEI son un buen punto de partida, pero ha hecho varias observaciones respecto a la manera en que se deberían homogeneizar criterios para tomar muestras más largas y también respecto a lo que se considera pobreza y desarrollo que, básicamente, dependen de las oportunidades y de criterios que él consideró discutibles.

Para Matuk, sin embargo, otra vez, el íntegro de las cifras de pobreza son “arte” porque no pueden ser replicadas por ningún estudioso que se acerque a las bases de datos del INEI y sus métodos. Y el asunto con la ciencia (estadística en este caso) es que debe poder ser replicada y comprobada para que sea creíble.

Otra pista nos la dan los programas sociales y su impacto en la pobreza: sin ellos, esta revertiría sin remedio como lo reconoce el propio presidente Alan García. Pero, si los programas de ayuda directa siguen siendo necesarios, eso puede interpretarse como que, en realidad, el estímulo no ha echado a andar la maquinaria del mercado. Se hacen colegios, se construyen pistas, se hace un gran esfuerzo para expandir la infraestructura que haga posible la integración geográfica con las grandes urbes (con el mercado), pero no se ha llevado el mercado a estos lugares que siguen siendo, en la práctica, grandes bolsones de pobreza.

De acuerdo con las cifras del INEI, la población con déficit calórico entre el 2004 y el 2008 (lo único que hicimos fue crecer en esos años) se incrementó de 28% a 46% en Ayacucho, apenas se redujo de 60% a 59% en Huancavelica, pasó de 45% a 63% en Pasco y siguen firmas. “El presidente se refiere a la pobreza monetaria”, replican en el Gobierno y todos los que no quieren aparecer como los aguafiestas pesimistas.

Y hay otro dato: Desde el 2006 se dejó de hacer el censo continuo que, con 382.000 encuestas al año, permite hacer un retrato certero anual de la pobreza y las condiciones de vida urbano rural en las 195 provincias. Eso no puede ser bueno.

http://elcomercio.pe/impresa/notas/cuanto-mejoramos/20100712/509285

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