
Radio, Ciencia, Técnica y Sociedad por Leon Trotsky
Habiendo sido trotskista a tiempo completo, por siete años de mi vida entre 1975 y 1982, tengo alguna idea de lo que Trotsky dijo y de que se equivocó. En una entrevista hecha por Gabriel Chueca y publicada en Peru21 el 9 de Abril de 2003, se me preguntó “¿Aún se considera trotskista?” y mi respuesta fue “Considero que para efectos prácticos, el trotskismo no tiene existencia política. Es como que alguien ahora se considerara barroco, cosa que, por cierto, el trotskismo ciertamente también era”.
Leyendo en el blog de Marco Sifuentes, la entrada “García hace un llamado a los blogs” encontré la cita que se toma de Expreso “En Rusia de 1917 los revolucionarios clásicos querían tomar los cuarteles y las oficinas del gobierno, pero Trotsky comprendió que era mejor tomar los trenes, los telégrafos y las radios”. Y habiendo sido trotskista, la cita me extraño porque no recordaba que hubiera habido ese debate en 1917, dentro de los bolcheviques, como si hubo muchos otros.
En realidad García apela al discurso de Trotsky llamado “Radio, Ciencia, Técnica y Sociedad” del 1 de Marzo de 1926 dirigido al Primer Congreso Unificado de la Sociedad de Amigos de la Radio, del cual paso a copiar algunos párrafos que son útiles para entender el artículo del presidente en Expreso.
“¿Cómo un país es transformado en una sola entidad económica y cultural? Por los medios de comunicación: ferrocarriles, vapores, servicio de correo, el telégrafo y el teléfono – y ahora el telégrafo inalámbrico y el teléfono inalámbrico. ¿Cómo estamos en estas áreas? Estamos terriblemente atrasados”
“Y no podemos construir el socialismo con el campo en una condición técnicamente deprivada y un campesinado culturalmente destituido. Socialismo desarrollado significa sobre todo igualdad técnica y cultural entre ciudad y campo, es decir, la disolución de la ciudad y el campo en una condición homogénea económica y culturalmente. Esto es porque el mero hecho de acercar la ciudad y el campo es una cuestión de vida o muerte para nosotros”
“Para nosotros, el problema de los vínculos económicos y culturales con el campo son materia de vida y muerte en el sentido exacto de la palabra. Los fundamentos técnicos de estos vínculos deben ser la electrificación, y esto es directa e inmediatamente conectado con el problema de la introducción de la radio en amplia escala. A fin de aproximar el cumplimiento de las más simples y urgentes tareas, es necesario que todos los rincones de la Unión Soviética sean capaces de hablar los unos a los otros, que el campo sea capaz de escuchar a la ciudad, como también lo sea su técnicamente mejor equipado y mas educado hermano mayor. Sin el cumplimiento de esta tarea, la difusión de la radio seguirá siendo un juguete de los círculos privilegiados de los habitantes de las ciudades”.
Una característica central del pensamiento trotskista, con el cual García coincide, es la necesidad de un estado monolítico y central, que tiene acceso a todos los ciudadanos, y en ese sentido los medios de comunicación referidos por Trotsky como la radio son un vehículo para la agitación y propagando de la organización política que ostenta el poder. Pero en este texto de Trotsky, no existe el concepto de diseminación de información por medios autónomos como son los existentes en Internet.
El problema del artículo de García es confundir la guerra con la guerrilla, donde también Trotsky tiene textos que le pueden ser útiles al Presidente de la República. Un ejemplo de esto es una conversación que sostuve con el director de El Comercio en el Club Nacional en el año 2003, donde él me refería como se perdió la libertad de expresión con Velasco, y le respondí que en esa época nunca existió libertad de expresión porque hasta el último mimeógrafo debía estar inscrito en la Prefectura.
Mientras Velasco gano la guerra de los medios de comunicación al expropiar los diarios y las televisoras; la diseminación de ideas se volvió una guerrilla a través de volantes y panfletos hechos en mimeógrafos clandestinos e ilegales. Por ello en 1976, mientras la familia Miro Quesada dejo de decidir que se publicaba en El Comercio, yo pasaba dos noches en Seguridad de Estado por distribuir volantes en la Plaza Unión.
Al día de hoy, el mimeógrafo ha sido reemplazado por Internet, perpetuando la capacidad de trasmitir ideas al margen de los medios de comunicación de gran escala, a los que Trotsky hace referencia, y por ello el ruego presidencial a la “inmensa mayoría” de “usar mas el teléfono y el Internet para exponer en las radios y en los blogs sus ideas” confunde guerra con guerrilla.
No debiera sorprender que la admiración presidencial al gobierno chino, también incluya en el futuro una brutal censura a quienes difundan sus ideas por Internet, tal como ocurre el día de hoy en China con el programa “Green Dam – Young Escort”, y de esta manera derrotar “la guerra ideológica de penetración violentista” de los “sobrevivientes de la izquierda comunista de los 70”.